5 consejos para mejorar la motivación de tú equipo

¿Qué es la motivación?

La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta de la persona hacia metas o fines determinados; es el impulso que mueve a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para completarlas. La motivación es lo que le da energía y dirección a la conducta, es la causa del comportamiento.

Se han propuesto varias teorías opuestas sobre el contenido de los estados motivacionales. Se conocen como teorías de contenido y pretenden describir qué objetivos motivan a las personas normalmente. La jerarquía de necesidades de Abraham Maslow y la teoría ERG, por ejemplo, postulan que los seres humanos tienen ciertas necesidades, que son responsables de la motivación. Algunas de estas necesidades, como la de comida y agua, son más básicas que otras, como la de respeto por parte de los demás.

¿Cómo motivar a tu equipo?

Un buen equipo obtendrá muchas victorias, pero un equipo correctamente motivado llegará al éxito. Con esto queremos decir que el éxito de nuestro equipo no solo depende del trabajo duro sino también de una buena motivación por parte del entrenador.

Repasando varios de nuestros libros nos dimos cuenta de que hay muchísimas formas de motivar a un equipo, algunas más eficaces que otras, por eso hemos hecho una pequeña recopilación sobre estas, te lo dejamos a continuación.

Formas de Motivación:

Motivación cotidiana

Es la satisfacción recibida por un deportista por la satisfacción de un entrenamiento en sí. Es decir, se siente bien y recompensado por la propia actividad física rutinaria independientemente de otros logros mayores.

Se asocia más con su rendimiento del día a día y la diversión que le produce la actividad y el entorno en sí donde se lleva a cabo esta actividad (compañeros, momento del día, etc.).

Charla táctica

Antes de pronunciar un discurso recomendamos hacer un repaso de todas las estrategias estudiadas durante los meses de preparación en 20 minutos. Una revisión racional de lo que se ha aprendido le proporcionará al equipo un suelo firme donde puede apoyarse antes de enfrentarse a un rival. Esto elevará la seguridad de los jugadores al saber que no salen vacíos al campo, sino que los acompaña una valiosa mochila de herramientas eficaces.

Refrescar las estrategias aprendidas provoca que la mente de los jugadores se enfoque en objetivos específicos a alcanzar. En consecuencia, no habrá lugar para divagaciones emotivas que solo pueden sabotear el esfuerzo que ha puesto cada jugador en mejorar su actuación en el campo. Con estas metas en mente cada individuo saldrá a buscar oportunidades para aplicar los conocimientos.

Charla motivacional

Esta es la parte favorita de los entrenadores porque tienen un espacio para desplegar mensajes inspiradores al equipo. Sin embargo, es un error común que se genere un exceso de información que acaba distrayendo al equipo, de modo que lo ideal es pronunciar un discurso corto que no supere los cinco minutos antes del partido.

Se debe evitar ser repetitivos en las ideas que se mencionan porque esto ocasiona una sobrecarga en el cerebro que bloquea las acciones racionales. Su contenido debe liberar las tensiones negativas estimulando la salida al juego. Por ende, se recomienda que el instructor controle su tono de voz para no exaltar en exceso las emociones de los jugadores. Las oraciones deben sonar de manera contundente, pero se deben impedir los gritos porque son contraproducentes.

Herramientas audiovisuales

Un recurso que suele ser de mucha ayuda es colocar un video motivacional. El entrenador puede arreglar un material sintético con algunas ideas importantes que desee resaltar. Por ejemplo, las victorias y medallas ganadas o las fortalezas de sus jugadores. Pero, si lo prefiere, puede también repasar estrategias con acompañamiento de pizarras, cartas, ilustraciones y/o fotos.

En estas dos clases de charlas están condensados ambos aspectos de la personalidad humana: racionalidad y emotividad. Antes de salir a enfrentarnos con grandes retos es necesario mantenerlos en equilibrio. Es labor del entrenador perseguir e inculcar motivación en los jugadores. Precisamente, la finalidad de estos consejos, es buscar un punto medio desde el cual se exploten favorablemente estas cualidades.

Motivación positiva

Se trata de comenzar una serie de actividades con el fin de lograr algo que resulta deseable y agradable teniendo una connotación positiva. Se acompaña de un logro o bienestar al hacer la tarea que refuerza la repetición de dicha tarea.

Motivación negativa

La motivación negativa conlleva la realización de conductas para evitar resultados desagradables. Por ejemplo, recoger el material después del entrenamiento de forma voluntaria para que el entrenador no haga una charla.
Este tipo de motivación no es muy recomendable porque a largo plazo no es tan efectiva y causa malestar o ansiedad. Provoca que las personas no estén centradas en la tarea ni deseen hacerla bien; más bien evitan la consecuencia negativa que posiblemente aparezca si no la realizan.

Algunos consejos que os damos:

Conoce las fuentes de motivación de tu equipo

Saber qué es lo que motiva a tus jugadores te da ventaja. Eso facilitará mucho el trabajo haciendo que nuestras charlas y recompensas sean mucho más acertadas y tendremos un buen motivo para alentar a nuestros jugadores.

Fija objetivos y metas alcanzables

Existen diversas teorías sobre cómo motivar a un equipo, pero se ha demostrado que lo que más motiva es la superación de un objetivo. Una vez que se sabe hasta dónde hay que llegar los deportistas luchan para conseguirlo. La mayoría se motiva cuando conoce los objetivos (siempre y cuando sean razonables).

A los deportistas les gusta medirse y saber hasta dónde pueden llegar. Al final, los seres humanos somos competitivos de nacimiento y sobre todo con nosotros mismos.

Comunícate y mantén un feedback constante

A todos nos gusta ser escuchados en algún momento. Un buen entrenador debe saber escuchar a sus jugadores y apostar por ellos, es una forma de conectar con tu equipo y hacer que te vean como una figura imprescindible para seguir adelante.

Propón retos a los deportistas

Los retos hacen que el día a día no sea aburrido y monótono. Una forma muy acertada es delegar ciertas responsabilidades entre los mismos jugadores. También es buena idea proponer iniciativas que les permitan desarrollar su lado más creativo y se impliquen más con el resto del equipo.

Premia a tus jugadores

Al igual que los retos, los premios son una de las formas más usadas para motivar a los equipos. Obtener una recompensa por hacer algo que te gusta es más satisfactorio aún. Recompensas como salir 10 minutos antes, una posición en la cancha en concreto o cualquier recompensa que creamos justa a cambio del esfuerzo de nuestro equipo.

¡Aplica estas técnicas y observa tú mismo el cambio!

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